Centralizar la gestión logística de este último y delicado trayecto, puede ser el valor diferencial respecto a otras empresas, que nos prepare tanto para los retos del presente como para los del futuro. Para averiguarlo, haremos un recorrido por el concepto Last Mile, pasando por los inconvenientes que presenta y terminando con las claves para optimizarlo.

La última milla, según un reciente informe de McKinsey&Companyes el proceso que más impacto tiene en la decisión de compra de los consumidores. Por eso, cada vez más este trayecto aparece con mayor frecuencia en los debates del sector logístico. Antes de entrar en detalles, repasemos qué es este proceso del que hablan todos.

Qué es el Last Mile Delivery

Este término se refiere al viaje que recorre un producto desde la estantería del almacén hasta la puerta del cliente. Podemos decir que la “última milla” es el paso final del proceso, el punto en el que el paquete llega finalmente al lugar acordado por comprador.

También llamada logística de proximidad, además de ser la clave para la satisfacción del cliente, el Last Mile es conocido por ser el proceso más caro e ineficiente de toda la cadena de suministro.

Problemas de la última milla que no dejan dormir a los profesionales del sector logístico

Adaptarse al consumidor

Los hábitos de compra y las expectativas de los clientes son cada vez más cambiantes y exigentes. El plazo de entrega se reduce y la flexibilidad para la entrega debe ser máxima. Cuanto más nos adaptemos a él, menos envíos fallidos se producirán y más satisfacción lograremos.

El consumidor del presente lo quiere todo ya, con una mayor celeridad y, además, a menor coste con una ejecución perfecta. En la actualidad, esperar de media 5 o 7 días por un paquete es cosa del pasado. Además, un informe de McKinsey&Company confirmaba que más del 50% de los consumidores eligen una opción de entrega basándose únicamente en el precio. Por lo tanto, la gestión logística de la última milla tiene mucha responsabilidad en sus manos: la decisión de compra de nuestros clientes.

El alto coste de este proceso

Una de las principales razones por las que la entrega de la última milla se considera una parte vital de la logística del comercio electrónico es que constituye alrededor del 28% de los costes totales de entrega. Además, la expectativa de entregas en el mismo día por parte de los consumidores supone una mayor presión sobre el presupuesto.

En las entregas B2C y B2C, cuyos volúmenes son menores, los costes extra recaen en un solo paquete y pueden dejar de ser rentables. Si cometemos muchos errores en esta etapa, el beneficio puede verse afectado directamente de forma negativa. Por eso el Last Mile es un proceso tan delicado, sobre todo en estos casos.

Un mínimo error, un máximo impacto en la satisfacción del cliente

Las expectativas de los usuarios nunca han sido tan altas. Por eso cualquier mínimo problema logístico en la última milla puede perjudicar seriamente la imagen de la marca, producto o empresa. Los carries llevan consigo una gran responsabilidad y es la de que los envíos lleguen en perfecto estado (ya nieve, llueva o truene) hasta el lugar de entrega.

Es necesaria una completa transparencia

La falta de transparencia se ha convertido en un elemento importante para cualquier empresa. Los consumidores quieren saber dónde está su paquete con exactitud y cuándo se les entregará. Será necesaria una comunicación constante con el receptor del envío para ganarnos su confianzaPor tanto, deberemos trazabilizar el paquete desde su salida del almacén, hasta su llegada en el lugar escogido por el cliente.

Ser cada vez más respetuosos con el medio ambiente

El consumidor no sólo pide que sus envíos sean en tiempo, estado y coste perfectos, sino que, además, lo hagan de forma ecológica. Este objetivo, que se ha vuelto también una meta para el sector logístico, está cada vez más cerca. Algunos de los restos ecológicos son, por ejemplo, disminuir la huella de carbono, la contaminación sonora o la densidad de los atascos por carretera.

Claves para crear estrategias de optimización

Para resolver los anteriores retos, han surgido soluciones que son clave para optimizar el Last Mile. Estos son los siguientes.

Centralizar la última milla, la clave principal

Todas las demás claves para optimizar el Last Mile, giran en torno a una cosa: su centralización. Esta será la forma más efectiva y simple de controlar y gestionar a tiempo real y en una única plataforma, los envíos hasta el punto acordado por el consumidor. Así, facilitaremos la tarea del carrier y minimizamos los posibles errores que puedan darse en el transporte al simplificar todo el proceso logístico.

Rutas más cortas y menos contaminación

Optimizar las rutas es optimizar la última milla. Contar con una plataforma diseñada para agilizar los procesos y gestiones logísticas, puede diferenciarnos de la competencia. ¿Y esto por qué? Porque podremos hacer más eficiente cada trayecto y lograr efectuar un mayor número de entregas en menos kilómetros.

Esto lo logramos gracias a la geolocalización y a la automatización de la última milla, que, junto con la IA, hace posible optimizar las rutas al máximo y, por tanto, minimizar la huella de carbono considerablemente.

Mejorar el sistema de comunicación con tus clientes

Si mejoramos el sistema de comunicación, lograremos generar un diálogo más directo y automático con el consumidor. De esta manera, siempre se sentirá respaldado y seguro hasta que el pedido llegue a sus manos.

Además, también podremos ahorrar costes y detectar más rápidos los elementos que debamos mejorar o reforzar en nuestra gestión logística. En resumen, cuando mejoramos nuestra comunicación con el consumidor, podemos ofrecerle más rápido lo que necesita para satisfacerlo.

Poner en manos de empresas locales la última milla

Una opción para mejorar este proceso, es dejarla a manos de profesionales logísticos locales cuyos centros de operaciones estén situados cerca de los puntos de entrega. Esta solución, puede ayudar a reducir costes y a mejorar la velocidad de entrega.

En este sentido, contar con un sistema de gestión de transporte centralizado será imprescindible. Pues será la única manera de gestionar múltiples proveedores de servicios de transporte. Así haremos un seguimiento exhaustivo de las entregas y asegurarnos de que se efectúan correctamente.

Drones y vehículos automáticos, la clave del futuro para optimizar la última milla

La tecnología avanza y lo seguirá haciendo. La unificación y automatización de procesos dejan el camino allanado para adoptar nuevas claves optimizadoras, como drones para llegar a puntos rurales o coches automáticos (AGVs) que lleguen a todas las zonas urbanas.

En definitiva, el futuro y presente del Last Mile deberá pasar por centralizar su gestión para lograr optimizarse y cumplir con las expectativas de los consumidores. De esta manera, la logística estará preparada para todos los baches que puedan surgir y superarlos con creces.

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